La acción y mecanismo del bicarbonato sódico se basa en su capacidad como antiácido absorbible. Este principio activo actúa neutralizando el ácido clorhídrico en el estómago, aumentando así el pH gástrico y reduciendo la formación y actividad de la pepsina, una enzima responsable del proceso de digestión.
Es importante tener en cuenta algunas advertencias especiales al utilizar bicarbonato sódico. En primer lugar, se debe tener precaución en casos de tratamientos prolongados, ya que puede existir riesgo de desarrollar síndrome leche-álcali. En pacientes con insuficiencia renal, hay un riesgo de alcalosis metabólica al utilizar este medicamento. Además, el bicarbonato puede disolver las formas farmacéuticas con recubrimiento entérico, por lo que se recomienda tomarlo 1 hora antes o 2 horas después de dichas medicaciones. También es importante mencionar que el bicarbonato sódico puede generar acidez de rebote al aumentar la secreción de gastrina y la secreción gástrica en respuesta al cambio del pH gástrico.
En el caso de los ancianos, el uso prolongado de bicarbonato sódico puede llevar a la acumulación de sodio en el organismo, lo que podría manifestarse como edema, hipertensión y alcalosis metabólica. Se recomienda utilizar dosis menores que en los adultos y evitar un uso crónico o excesivo.
Algunos consejos para los pacientes que toman bicarbonato sódico incluyen no utilizarlo de forma continuada por más de 14 días. Si los síntomas empeoran o persisten más de 14 días, se debe consultar al médico. Además, debido al contenido de sodio en este medicamento, es importante tener en cuenta que puede incrementar la retención de líquidos y la tensión arterial, especialmente en pacientes con hipertensión o insuficiencia cardiaca. Por último, se recomienda evitar tomar bicarbonato sódico con leche.
En cuanto al uso de bicarbonato sódico durante el embarazo, se clasifica en la categoría C de la FDA. Aunque no existen estudios adecuados y bien controlados en humanos, se debe tener en cuenta que el consumo excesivo de este antiácido puede llevar a alcalosis metabólica, edema y aumento de peso en la madre.
El bicarbonato sódico está indicado para el tratamiento sintomático de las alteraciones estomacales relacionadas con la hiperacidez, como ardor, indigestión y acidez. No se recomienda su uso incontrolado en niños menores de 6 años, ya que podría enmascarar síntomas graves como la apendicitis.
Es importante tener en cuenta las posibles interacciones con otros medicamentos al utilizar bicarbonato sódico. Algunos ejemplos incluyen la potenciación del efecto de anfetaminas y dexanfetaminas debido a la alcalinización de la orina, la posible potenciación de la toxicidad de algunos antiarrítmicos y digitálicos por disminución de su excreción, y la disminución en la absorción de ciertos medicamentos como erlotinib, gabapentina y tetraciclinas.
En cuanto a las reacciones adversas, el bicarbonato sódico generalmente es bien tolerado, pero dosis elevadas o tratamientos prolongados pueden llevar a flatulencia, eructos, vómitos, retortijones, distensión estomacal y acidez gástrica como efecto rebote. Además, se han reportado casos de alcalosis metabólica, hipernatremia, edema e hipertensión arterial en casos de uso prolongado o a dosis elevadas.
La composición de bicarbonato sódico es la siguiente: ácido cítrico (430 mg), bicarbonato de sodio (460 mg) y carbonato de sodio (100 mg).
Es importante seguir las indicaciones de administración correcta, que consiste en disolver el polvo o contenido de un sobre en medio vaso de agua.
Es recomendable consultar al médico antes de utilizar bicarbonato sódico en casos de insuficiencia renal, insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial o embarazo. Además, se deben evitar dosis elevadas o tratamientos prolongados sin control médico. Se debe tener precaución al utilizar bicarbonato sódico en ancianos, niños menores de 6 años y en personas con intolerancia a la lactosa.
